CAPÍTULO XXI. Dexó esta Reyna (Maria de Castella) al monasterio de Valdehebron entre otras joyas una muy preciosa reliquia de Lignum crucis en una cruz de plata dorada, adornada con muy ricas piedras, y perlas, y por ser tan notable, y tan autentico el milagro que con el acaeció, lo diré aqui por las almas pias, brevemente. Quisó el Prior y Convento una vez sacar el Lignum crucis del encaxe que tenia en esta cruz, y ponerlo en otra de mejor forma, y hechura. Llamaron un platero para esto, sacó de una caxa de cuchillos que traía uno: quitó ei viril que estava encima, y quando llegó con la punta del cuchillo a la reliquia, se quebró sin ninguna violencia, quedándose con la empuñadura sola en la mano, y salió una gótá de sangre, del lugar donde topó la punta del cuchillo. No reparo en esto mucho el official, entendiendo que el cuchillo estava de antes quebrado, ni tan poco vio la gota de sangre; tomo otro, provó como con el primero a sacar la reliquia, y quebróse a cercen por la mis